jueves, 27 de septiembre de 2012




 


Por fin parece que el otoño empieza a asomarse por todas las esquinas. Finas gotas de lluvia mojan nuestras calles y las ventanas de nuestras casas empiezan a cerrarse. Sacamos las chaquetas, cambiamos de zapatos… y con ello, vuelven las ganas de poner a punto ese horno que ha permanecido aletargado durante tantos meses.

Y aunque me cueste decir adiós al verano, a esas largas tardes de charlas con los amigos, a esos paseos en bicicleta por la orilla del mar, a los helados, a los aperitivos…es hora de dar la bienvenida a esta nueva eyapa, a la rutina de cada día, a la vuelta al trabajo, la casa, el olvidado gimnasio i también a esas tardes de sofá delante del televisor arrullados con una manta y con un buen libro en la mano.

Y que mejor forma de pasar esta tarde lluviosa que con un te y estas ricas magdalenas. La receta esta sacada del blog “Cocinerando”, y ella a  su vez la copió de “Magia en mi cocina”, por tanto, el éxito está prácticamente asegurado.

Aviso: he divido en dos las cantidades y me han salido exactamente 6 magdalenas.

Ingredientes: (para 6 magdalenas)

• 100 gr. de harina de repostería
• 55 gr. de aceite de girasol
• 65 gr. de azúcar
• 65 gr. de leche
• 1 huevo
• 1 pareja de gasificantes

Preparación:

Tamizamos la harina y la reservamos.

Batimos el azúcar junto con el huevo hasta que doble su volumen (he de confesar que yo no lo he conseguido), añadimos sin dejar de batir el aceite muy poco a poco y lo mismo con la leche. Le añadimos los gasificantes y vamos incorporando la harina poco a poco. Yo le he añadido unas perlas de chocolate que tenia por casa.

Dejamos reposar en la nevera una hora aproximadamente. Precalentamos el horno a 220º, mientras preparamos los papelitos de las magdalenas. Los llenamos hasta las ¾ partes y las metemos en el horno caliente. Pasados los primeros cinco minutos bajamos el horno a 180º. Dejamos cocer unos 20 minutos mas o menos.

Y ya está, con unos poquitos ingredientes tenemos unas ricas magdalenas para el desayuno o para hacer felices a nuestros compañeros de oficina.

¡ Me alegra estar de vuelta !

Un abrazo,

Mariall